Epidemiología y control actual de las infecciones de transmisión sexual

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Se estima que cada día se producen un millón de nuevas infecciones solo por gonococo, Chlamydia trachomatis (C. trachomatis), Treponema pallidum o Trichomonas vaginalis, y que todos los años se registran 357 millones de nuevos casos de infecciones por estos cuatro microorganismos en personas entre 15 y 49 años.

Impacto de las ITS

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) no solo producen enfermedades agudas como vaginitis, cervicitis, uretritis, proctitis y úlceras genitales, sino que también pueden originar complicaciones crónicas y graves como enfermedad inflamatoria pélvica (EPI), infertilidad, embarazos ectópicos, dolores pélvicos crónicos, muerte neonatal, partos prematuros, artritis reactivas, cáncer, entre otras, además de incrementar el riesgo de transmisión y adquisición de VIH.

En el caso de gonorrea, en 2016 se notificaron al European Centre for Disease Prevention and Control un total de 75,249 casos de infección gonocócica (tasa de incidencia: 18,8/100.000), 46% de los cuales se produjeron entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH).

Por su parte, en 2016 se notificaron 403,807 casos de infección por C. trachomatis al European Centre for Disease Prevention and Control, con una tasa global de 184/100.00, siendo más altas entre mujeres jóvenes y heterosexuales (solo 9% de los casos se produjeron entre HSH).

Los casos notificados de sífilis en la Unión Europea en 2016 fueron 29,365 (tasa de incidencia: 6.1/100.000). Las tasas fueron 8 veces más altas en hombres que en mujeres y 66% de los casos se produjeron en HSH.

En 2016, 22 países europeos reportaron 2,043 casos de linfogranuloma venéreo, 87% de los cuales correspondían a Reino Unido, Francia y Holanda. El número de casos se incrementó 15% respecto a 2015. Casi todos se produjeron entre HSH y, entre quienes se conocía el estatus de infección por VIH, 70% eran VIH (+).

Fuente de información epidemiológica sobre ITS

Las unidades de ITS son un instrumento esencial para abordar este problema. Se ocupan de las poblaciones que son particularmente vulnerables a estas infecciones y son fundamentales para su control mediante intervenciones que reducen la eficiencia de transmisión y duración de la infectividad. También son la principal fuente de información epidemiológica sobre estas infecciones.

Si realmente queremos controlar las ITS, es preciso un cambio del enfoque clínico individual hacia planes basados en la población; fortalecer la integración entre los servicios relativos a las ITS y otros servicios (atención primaria, salud reproductiva, centros de drogo dependencias, salud mental, educación para la salud, salud escolar, etc.), mejorando tanto el impacto como la eficiencia; establecer vínculos con organizaciones comunitarias y dar participación a las personas más vulnerables.

Un ejemplo es el modelo Umbrella en Reino Unido, que en 2015 rediseñó la atención tradicional a la salud sexual de las poblaciones de Birmingham y Solihull, pasando de unos servicios fragmentados, basados en el tratamiento y ofrecidos en centros médicos especializados, a un modelo basado en la prevención, focalizado en el servicio a la comunidad y con la educación, el empoderamiento y el autocuidado de las personas más afectadas como eje central.

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