Terapia con glucocorticoides adyuvantes en pacientes con shock séptico

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La sepsis, considerada por la Organización Mundial de la Salud como una prioridad de salud mundial, no tiene un tratamiento farmacológico comprobado, aparte de los agentes antibióticos, líquidos y vasopresores apropiados, según sea necesario; las tasas de mortalidad informadas entre los pacientes hospitalizados oscilan entre 30% y 45%.

Abordaje actual del shock séptico

Los glucocorticoides se han utilizado como terapia adyuvante para el shock séptico durante más de 40 años. No obstante, sigue existiendo incertidumbre sobre su seguridad y eficacia.

Dos estudios aleatorizados, los ensayos controlados que examinaron el efecto de la hidrocortisona en dosis más bajas (200 mg por día) sobre la mortalidad entre los pacientes con shock séptico mostraron resultados contradictorios, aunque cada ensayo registró una reversión anterior del shock en pacientes que habían sido tratados con hidrocortisona que en pacientes de control.

Las revisiones sistemáticas subsiguientes y los metaanálisis no han proporcionado pruebas convincentes a favor o en contra del uso de hidrocortisona en pacientes con shock séptico.

Las Guías de Práctica Clínica actuales recomiendan el uso de hidrocortisona en pacientes con shock séptico si la reanimación con líquidos adecuada y el tratamiento con vasopresores no han restablecido la estabilidad hemodinámica; sin embargo, las pautas clasifican la recomendación como débil, sobre la base de la baja calidad de la evidencia disponible.

Eficacia de hidrocortisona en shock séptico

Se asignó aleatoriamente a pacientes con shock séptico sometidos a ventilación mecánica para recibir hidrocortisona (a una dosis de 200 mg por día) o placebo durante 7 días o hasta la muerte o el alta de la unidad de cuidados intensivos (UCI), lo que ocurra primero. El resultado primario fue la muerte por cualquier causa a los 90 días.

Desde marzo de 2013 hasta abril de 2017, un total de 3,800 pacientes fueron aleatorizados. El estado con respecto al resultado primario se determinó en 3,658 pacientes (1,832 de los cuales habían sido asignados al grupo de hidrocortisona y 1,826 al grupo de placebo).

A los 90 días, 511 pacientes (27.9%) en el grupo de hidrocortisona y 526 (28.8%) en el grupo placebo habían fallecido. El efecto del régimen de prueba fue similar en seis subgrupos preespecificados. Los pacientes asignados para recibir hidrocortisona tuvieron una resolución de shock más rápida que los asignados al grupo de placebo frente a 4 días.

Los pacientes en el grupo de hidrocortisona tuvieron una duración más corta del episodio inicial de ventilación mecánica que los del grupo placebo (mediana 6 días), pero teniendo en cuenta los episodios de recurrencia de la ventilación, no hubo diferencias significativas en el número de días de vida y sin ventilación mecánica. Menos pacientes en el grupo de hidrocortisona que en el grupo de placebo recibieron una transfusión de sangre (37.0% vs. 41.7%). No hubo diferencias significativas entre los grupos con respecto a la mortalidad a los 28 días, la tasa de recurrencia del shock, el número de días vivos y fuera de la UCI, el número de días vivos y fuera del hospital.

Entre los pacientes con shock séptico sometidos a ventilación mecánica, una infusión continua de hidrocortisona no produjo una mortalidad menor a los 90 días que el placebo.

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